

Los días 29 y 30 de noviembre las organizaciones empresariales de Iberoamérica nos daremos cita en Buenos Aires, Argentina. Uno de los temas que estaremos estudiando es lo que está pasando con la economía informal en Iberoamérica.
¿Y qué es lo está pasando con la economía informal en Nicaragua?
El porcentaje de informalidad respecto al total de personas ocupadas ha variado de 62.5% en el año 2000 a 64.9% en el año 2009.
La economía informal se encuentra visiblemente presente en el comercio y actividades relacionadas con la economía familiar, todo ello acentuado por la presencia de un amplio sector sub-empleado (38.8% de la PEA en el año 2009).
La economía informal, en relación con el empleo, es sinónimo de ingresos inseguros, disparidad salarial, ausencia de derechos e inexistente protección social para los trabajadores. En relación con la productividad y la economía en general, la concentración de la fuerza de trabajo en el sector menos productivo hace caer la productividad agregada y por ende el crecimiento económico.
Desde el COSEP consideramos este fenómeno como algo estructural porque:
a) Involucra a casi el 65% de los trabajadores.
b) Los niveles de pobreza hacen que los más pobres acepten puestos de trabajo en el sector informal, hecho que presiona a mayor crecimiento de la economía informal.
c) Por las prácticas a las que somos sometidos empresarios y trabajadores que no facilitan la gestión de las empresas, tales como procedimientos burocráticos complejos, trámites engorrosos, funcionarios poco calificados, permisos y autorizaciones en entidades que no tienen las competencias debidas y alto costo de trámites y licencias, lo que desincentiva la creación de empresas formales y por ende crea el camino a la informalidad.
En el COSEP hemos promovido siempre el ambiente de negocios idóneo para crear empleos formales en el país, siendo ésta la manera más eficiente en la lucha contra la pobreza, por ello:
a. Fortalecemos los vínculos entre la Universidad y el Sector Privado ya que estamos convencidos que un buen sistema de educación y formación, permitirá mejorar la inserción económica y social, al ofertar oportunidades a muchos, que de otro modo, hubiesen sido excluidos del mercado de trabajo.
b. Promovemos un diálogo productivo con el Gobierno que permite arribar a consensos en todas aquellas materias que afectan la economía de las empresas y que consecuentemente afectan al empleo.
c. Demandamos la necesaria estabilidad política que favorezca la inversión, el desarrollo y la disminución de la desigualdad. Estamos convencidos que las crisis políticas no abonan a la estabilidad en el empleo y a la sostenibilidad de las empresas.
Vemos con preocupación, que los sindicatos aun no entienden las repercusiones negativas que traen consigo aumentos de los salarios fuera de la realidad económica nicaragüense, ya que salarios mínimos por encima de salarios de equilibrio (basados en productividad y en oferta y demanda por mano de obra), promueven que empresas formales pasen a la informalidad y se aumente el desempleo.
En la dirección de reducir el fenómeno de la informalidad, vemos positivo la creación de “Ventanillas Únicas” ya que éstas facilitan la inserción a la formalidad de las personas y empresas.
Pero queda mucho por hacer para lograr un verdadero cambio:
Tenemos que disminuir las barreras de entrada y salida a la formalidad, promover la sana competencia entre los diversos actores de la economía nacional, crear incentivos a la formalidad y simplificar los trámites y servicios que son prestados por la Administración Pública, aumentar la calidad en la educación, incluir paulatinamente personas del sector informal al sistema de pago de impuestos (con sistemas de pago que faciliten el cumplimiento de las obligaciones fiscales), crear empresarios y fomentar y apoyar la creación de PYMES así como atenuar -y a largo plazo- erradicar la pobreza extrema y el hambre asegurando la alimentación de las familias más vulnerables.